martes, 28 de octubre de 2008

Citas Ultramaraton de Dean Karnazes


ULTRAMARATON
Dean Karnazes.
Editorial Paidotribo



PERFIL DEL CORREDOR.
160 kms. Estados del Oeste. Desnivel total: 11.582 mts. Tiempo: 21h.01’14”
217 kms. Badwater. Valles de la Muerte .Temperatura de +54º (el asfalto a +93º)
42,195 kms. .Maratón Polo Sur. Temperatura: -17º fins a -37º. Tiempo: 9h.18’
320 kms. El Relevo. Esta carrera se hace por equipos de 12 participantes. Cada uno corre tres tramos de 8,8 kms. y van relevándose. Dean la hizo solo, de un tirón, con un vehículo de avituallamiento, en 46h.17’

CITAS DEL LIBRO

-160 kms. Los primeros 80 kms. los corres con tus piernas y los últimos 80 con tu mente.

- Había corrido ya 99.7 kms. A partir de aquí, todo lo que me quedaría seria una Maratón i dos series de 10 kms, ida i vuelta. Cuando llega el agotamiento, la mente a menudo racionaliza lo irracional.

- A pesar de estar en la mejor forma de mi vida, ninguna fuerza física podría llevarme a correr otros 64 kms. La verdadera batalla estaba dentro de la cabeza

- Por suerte, mis tripas eran relativamente estables. Según nos informaron, otros corredores tuvieron que abandonar a causa de las nauseas provocadas por el calor.

- Después de correr 104 kms. empiezas a perder la percepción de tu cuerpo. Los sistemas que normalmente monitorizan y trasmiten los datos críticos al cerebro empiezan a desintegrarse y a funcionar mal. El cuerpo empieza a jugar malas pasadas a la mente. La información psicológica importante, a menudo se comunica a través de ráfagas esporádicas de dolor, que llegan sin previo aviso. En circunstancias normales, deberías tener algún indicio, al menos, de la tensión que se va acumulando, pero después de 104 kms. sin parar, tus indicadores de alarma se vuelven inútiles. Estás corriendo sintiéndote satisfecho y, de pronto, sin previo aviso, te viene un calambre muscular que te altera la vida. En momentos como este, te haces a ti mismo la difícil pregunta: ¿Estoy realmente decidido? ¿Hasta dónde quiero llegar?

- Había corrido por el Valle de la Muerte en pleno verano y ahora había corrido por el lugar mas frío de la tierra. Mejorar esto podía ser difícil. Pero yo seguía buscando algo todavía más intenso. Es así como trabaja la mente de un corredor de ultramaratones.

- Esto puede parecer excesivamente entusiasta, pero cuando estás a punto de comenzar alguna prueba agotadora de ultra-resistencia, es reconfortante psicológicamente saber que no has escatimado en tu preparación. Cualquier cosa que sea menos que un compromiso total no sirve de nada.

- Si, lo confieso. Hay un cierto grado de egoísmo encubierto. Mucho de lo que hago es para mi realización personal. Aun así, creo que eso me hace un hombre mejor.

- Llevaba ya 152 kms. de carrera, lo que tiene un precio, incluso aunque estés en una forma estupenda. Yo estaba dando lo mejor de mí para poner buena cara, pero por debajo había una concentración y focalización extremas. Mi mente estaba continuamente escaneando los sistemas, buscando puntos posibles de vulnerabilidad y los mínimos detalles de debilidad psicológica que pudieran crear problemas más adelante, en la carrera. Mantenía mi ritmo cardiaco en una oscilación constante para evitar la formación de acido láctico. Había entrenado usando un monitor de ritmo cardiaco durante un tiempo suficiente como para poder controlarlo intuitivamente. Mientras tanto, mi zancada distribuía la carga equilibradamente en todos los grupos musculares. Y estaba vigilando de cerca mis electrolitos con la continua reposición del sodio y potasio perdidos. 320 kms. era la distancia más grande a la que había sometido a mi organismo. La atención a los detalles era crítica. Mi cuerpo necesitaba trabajar perfectamente para conseguirlo, así que llevaba un riguroso control de la situación.

-¿Cómo puede resistirlo el cuerpo humano? Me gustaría decir a la gente que mi “biomecánica” es “genéticamente favorable” para correr largas distancias.

- Aun así, realmente lo que hago no tiene ningún misterio. Sufro igual que cualquier otro. Acabo de aprender una regla esencial: tus piernas solo te pueden llevar hasta un punto determinado. Las grandes distancias se hacen principalmente con la cabeza y, como Benner me enseñó hace veinticinco años, con el corazón. El cuerpo humano es capaz de acometer hazañas físicas asombrosas. Si fuéramos capaces de liberarnos a nosotros mismos de nuestras limitaciones autoimpuestas y de explotar nuestro fuego interno, las posibilidades serian infinitas.

- La forma de competición mas alta es la auto-competición, y yo estaba demostrando ser el oponente mas cruel, exigiendo despiadadamente más y más de mi mismo, en una batalla despiadada con la carretera, con mi propio cuerpo, con mi mente.

- Ha habido puntos altos y puntos bajos, jadeé. Este no es un punto alto.

- Fija tu objetivo en esa señal de la carretera que esta a 20 mts. no en la línea de meta que está a 104 kms. Simplemente llega hasta la señal de la carretera.

- Estaba saliendo del bache. Algunas veces tienes que atravesar el infierno para llegar al cielo.

- Me había quedado dormido mientras corría. Y aparentemente había seguido corriendo dormido, tan feliz, por medio de la autopista. Ahora estaban a punto de atropellarme. Decidí que era hora de hacer una pausa.

- Lleno de testosterona bajé corriendo por la parte de atrás de la cima a una velocidad sorprendente. El dolor parecía un poquito menos severo y el esfuerzo de bajar corriendo la ladera de la montaña era, con diferencia, mucho menos costoso que la escalada. Sería demasiado decir que estaba experimentando un “subidón del corredor”. Más bien era una ausencia temporal del dolor irradiante que, al mismo tiempo, era lo mejor que podía esperar.

- En algún lugar en mi interior encontré la fortaleza para ignorar el deterioro físico y seguir colocando un pie delante del otro. Me empujé a mi mismo a hacerlo así, bloqueando cualquier estimulo extraño y escuchando solo a mi corazón.

- Con frecuencia la gente no puede entender que el correr tenga tanto poder. También me gusta la soledad. La carrera de grandes distancias es un deporte para solitarios y yo ya había aceptado el hecho de que disfruto estando solo mucho tiempo. Me mantiene fresco y, paradójicamente, evita que me sienta aislado. Correr grandes distancias es mi manera de encontrar la paz.

- La soledad que experimento me ayuda a disfrutar más de la gente cuando estoy con ella. El simple y primitivo acto de correr me nutre. Me vuelvo más tolerante, más paciente y más generoso de lo que nunca pensé que podría llegar a ser.

- Llegado el día de la carrera, aunque estés nerviosísimo, intenta relajarte y disfrutar de la experiencia. Si. Va a dolerte pero la mayoría de las cosas, las cosas que valen la pena en la vida, normalmente llegan con una dosis de dolor. Sé flexible, las cosas podrían no ir como planeas, habrá circunstancias imprevistas que te encontrarás a lo largo del camino, te asediarán desafíos aparentemente insuperables, los demonios entraran en tu cabeza y te dirán que abandones. No escuches, Sigue corriendo. Corre mientras puedas, camina si tienes que hacerlo, gatea si es imprescindible, simplemente nunca abandones.

- Cuando se trata de ejercicio y entrenamiento, mi filosofía es que tienes que amar lo que estás haciendo. Si no lo haces, te va a resultar una pesadez y probablemente no lo mantendrás mucho tiempo.

- ¿Hay un sentido de la aventura en lo que haces?¿Estás deseando hacerlo todos los días?¿Podría ser una prioridad en tu vida igual que cualquier otra cosa? Esos son los tipos de preguntas que yo te animaría a que te hicieras a ti mismo cuando elijas un ejercicio y un programa de entrenamiento. Tiene que ser algo que estés deseando hacer y por lo que sientas pasión.

- Lo que cuenta en la batalla es que haces cuando llega el dolor. (John Short)

- Cuando estés atravesando el infierno, sigue corriendo. (Winston Churchill)

- Parece que el éxito consiste fundamentalmente en seguir cuando otros han abandonado. (William Feather)


- Las carreras terminan. El correr no. (Corredor anónimo)


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